lunes, 26 de octubre de 2009

Extravío

Husmeo en la historia.
Humanidad       Vientos perdidos.
El cortejo real de la miseria.
La mutilación de la carne y del espíritu.

El Hombre es rey extraviado de su reino.

Musas de los tiempos colgadas en el aire
    tirada de conceptos y de formas sin sustancia.
¡Tan baja su estatura
    que jamás alcanzarían a las estrellas!...
¡Los hombres caen
    al mar de su arrogancia!

Un poco más de construír
    es la oración del justo.
Romper/    es la consigna
    en aras de fetiches y blasones
        de corruptelas y patriotelas.

Fieles a la idiotez
    sucumben en las rompientes
        los astros del polvo.

No recuerda el Hombre
cuándo ha nacido su estúpida razón
    de alzar la espada/
de levantar la frente dañina y altanera.

La libertad se arrastra enredada de pañales.
Cautivo el Hombre en su prisión.
Su más grande prisión/
Su propia mente.
El aposento más útil a sus cadenas.

Desde su ego crea fronteras para sí/
Para su ego.
Luego
en su limitación 
llora frustrado
...y perdido.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas



sábado, 24 de octubre de 2009

Aprendiendo la ternura

Camelias

desesperadas de amor

coquetean en el campo macilento.

Acertijos de lunas

danzan

/entre cielos/

/entre nubes/

Hay misterios

en los ojos tristes

del andante.

Cargamento duro.

Piedras y cristales

lleva el alma.

Calidez de sol

abierto en otoño

ofrece el pecho

cuando aprende la ternura.

 Autor: Juan C. L. Rojas

viernes, 23 de octubre de 2009

Conjuro de luz





Avanza lenta...
Avanza esta cuña de sol
    que alumbra cielos.
Y esta cósmica soledad
perdura/
batiéndose/
con molinos invisibles.


Soltando lastres    va
    el buque en el mar.
Avido de orillas nuevas
    de horizontes desconocidos.
¿Es pozo gravitacional su destino...
    lunar paneo de espejismos?


Marcando mojones de astros/
    vuelas/ golondrina.
Anhelante de espacios
    de sueños estivales/

¡Oh, conjuro de luz!

¡Allí va el sueño!
Faca viajera de rayo y carne.
¡Oh, lenta centella
    de humus vivo!

¡Oh, meteoro errante
    florecerás de estelas!

¡Escolta!
¡Rosa lumbre!
Boreal aurora.


Autor: Juan C. L. Rojas


miércoles, 14 de octubre de 2009

Siembra sobre el papel

Me detengo en las palabras/
    ¡estas pobres palabras!/
Ladrillos rudimetarios del sentimiento
    que cayeron en mis manos
        de inexperto albañil de la expresión.

Ah, si pudiera ser poeta de elocuente sabiduría
    para describir la tristeza de aquellos ojos/
Las semblanzas del hambre
    y la impotencia que emerge
        de la sed de justicia.

Que rebelde lluvia fuera la tinta
    para salpicar con su voz
        los pétreos rostros
            de indiferencias y soberbias.

Ah, si pudiera mi corazón/ mi pluma/
    mezclar en el crisol nuevas alquimias
        para develar el mezquino
            misterio de los trigales.

¿No bastan acaso para el fuego
    esas miradas de ruegos y desesperanzas?
¿No bastan para la indignación
    los otros ojos engordados
        del desinterés y la desidia?...

Porque no es poco/
    me basta para el dolor
        las calles oprobiosas de mi patria.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Abundancia


Las palabras suelen ser semillas
    que del corazón emergen/
Verdores que promueven edenes
    de valles ensoñados.
Simiente son/ de ríos/
buscando en su cauce destino de mar.

El sembrador es poderoso pintor de nubes.
Aguila de las cumbres
sabedor de soledades.
Suele estar hundido su silencio
    en la sed del corazón.

Su corazón es pozo de cristal
    que la lengua del sol husmea.
Pudiese acaso
(¡Quien sabe!)
cambiar la luz mezquina del mundo.

Los ojos de la noche destilan/
    el rocío de su llanto.
¡Pero no es verdad
    que fueron vencidas
        las flores en el desierto!

Palpitan aún las palabras...
Porque de la abundancia del corazón
    habla la boca.

Ator: Juan Carlos Luis Rojas

Con los pies heridos

Debo bendecir/
    esta crítica aurora nueva
        de truenos y relámpagos.

Debo bendecir los anhelos/
    porque le dan alas a estos pasos
para que dancen/
    más allá/
sobre las empuñaduras salientes
    de estos riscos.

Debo bendecir/
    esta molienda de montañas
        para asegurar llanuras y vergeles.

Sin embargo puede ser...
¡Sí!... ¡Pudiera ser!
    que despilfarre en vano
        la benevolencia abnegada
            de esta esperanza.

Intento romper el bloqueo
    a las señales que vuelan
        frente a la nariz insensible del aire.

Intento abrir
    las mentes que caen
        ante el polvo oscuro del ego.

Expongo en el borroneo de mis versos
    la mansedumbre del humus
        que despierta a la semilla.

En un rincón está/
arrojado como al descuido
    el mantel de la armonía
mientras    en los valles
ronda esquivo de los hombres
    el unicornio.

...Y yo aquí/
con este destino
    de piel y silencio.

No quiero
sólo soñar un viento hermoso
    barriendo esta molicie
        aferrada en multitudes.

Con los pies heridos caminan los sueños/
con los hombros fatigados avanza el amor/
    dejando altares
        de tímidos fantasmas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Poeta de nubes


Pájaros titilantes
    golpean el cristal de mi ventana/
me invitan al abrazo tibio de su vuelo...
y yo me entumezco en el pudor.

Las consignas de la libertad aguardo
     en la satrapía del escrúpulo/
águila perdida en el profundo arcón del miedo.

En cumbres inaccecibles anidas ave misteriosa/
poeta de nubes y horizontes/
señor incomprendido de distancia y firmamento.

Prejuicios de dioses y cavernícolas pululan en los valles/
del mal se ríen sus sombras con la boca de otro mal.

La piedad del viento
    romperá las telarañas que aprisionan estas alas/
¿Se enfriará tal vez esta pasión
    que desuela en los torrentes escarlatas?

Ya está marchito el sueño
    de amamantar la vida 
        con la nutriente cuerda del amor.

Ya están marchitas las hojas
    que calentaron las espinas del odio
y aún se yergue mi voz
     /aunque aturdida/
en este paisaje de alaridos y estruendos
    para enarbolar acaso
mi esqueleto de espíritu trashumante/
    anhelando nuevos brotes de retoños y verdores.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 6 de octubre de 2009

La página de agradecimiento del libro



¿Agradecimiento?...







Convencionalmente, en un libro, creo que a esta altura de páginas, suelen ubicarse las palabras de agradecimientos...

¿Agradecimientos? ¿Qué agradecimiento?

No, no me malentiendas, no soy una persona desagradecida; pero, respetando la temática de este libro, ¿qué es lo que puedo agradecer cuando queda tanto por hacerse aún?

Me tomo el atrevimiento de usar una frase de alguien que dijo: "El que no está conmigo, contra mí está, y el que no recoge conmigo, desparrama" Mateo 12:30.

Parecen palabras fundamentalista ¿verdad? Fácilmente podría admitirse esto, si se es ignorante del contexto.

Por los resultados negativos en el mundo, es evidente que fueron más los que desparramaron que los que recogieron. La irresponsabilidad del hombre lo tergiversó todo. La bondad de la obra quedó inconclusa.

Hay asuntos importantes que no aceptan tibias participaciones.

Mi agradecimiento genuino y mi admiración, es para aquellos que hacen algo por el mejoramiento de la condición de "ser" humano. Aquellos que contribuyen con inteligente discernimiento a favor de la armonía y la justicia.

Los que están cerca de mí, "cerca" en el sentido más completo del vocablo, y se merecen gratitud, ellos entenderán, y ya sabrán si deben sentirse aludidos. Ellos no requerirán más, que este tácito agradecimiento.

Pero, desde ya, sí, debo incluir un profundo agradecimiento por tu paciencia y entrega en la lectura de este libro, como así también por tus comentarios o reseñas.

Espero que estas páginas sean de tu agrado.
J. C. L. R.

AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.