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sábado, 10 de mayo de 2014

Duende

Baja la balsa lenta
   sobre el papel ambarino/
      donde discurre un pentagrama de lirios.

Emerge del fondo oscuro
   /tras el sol/
los blasones encendidos
   de los sauces...

Y se bebe el mar
   esta ignota canción del recuerdo.

Este paisaje de manos y ojos
   acaricia mi frente
      cuando te pienso.

Sé que has escondido estrellas
   bajo tu cielo tímido
y he aquí
que insondable el amor memora/
(Mientras perfuma el aire
   ese suave ondear de juncos)

¡Oh, complicidad!
Pequeño duende de mar.
Haz eterno
   que transmuta aquí en mi pecho.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Semilla de voces


Es hora de aumentar el fragor
   de la voz endurecida del poeta.
¡Que resuene amartillada 
   la sierra oscilante de su timbre!
¡Que sacuda sin piedad
   las paredes esclerosadas
     de las arterias del tiempo!

Es hora de romper esta alienación/
   que más hunde 
      los estratos sufridos del alma.
Es hora de soltar las riendas 
   a la audacia del espíritu/
      toro maneado
         a las cuerdas invisibles de la ignorancia/
   la otra ignorancia profunda
      que obstruye
   el olfato del entendimiento.

¡Palpita intensamente
   el pecho desesperado de los ojos!
Los ojos que ven 
   el paso ciego de la historia.
Historia que cuaja marchita
   en el corazón de los hombres.

Debería     hoy mismo
   descarnar estas sensaciones
      ablandando
         las pértigas arrumbadas del vocablo.
   Debería soplar    el perezoso sopor
      sobre la opaca luz del pensamiento.

No es poeta
   el portavoz de sólo bellos versos.
Es poeta quien inclina 
   la campana sonante de la tierra.
Es la voz que nace de las voces silenciosas.
Es la pluma que discurre de los gritos ya cansados.
Es el verbo que agiganta los senderos
   escapando de prisiones preceptivas.                                                                                 
¡Deben hacer oír    poetas
   personales campanarios!
¡Señalar con vuestros faros
   las borrascas en el mar!
No es vuestra función
   ornamentar    el oro de las letras
ni la conciencia de literatos
   ni la melodía altisonante
      de panfletos coloridos.

Lanzo de nuevo esta voz
como de álguien perdido bajo escabeles.
Acaso pueda
   revenir la luz de las semillas
      que laten aún
   alrededor de este quieto
      mojón del tiempo.

Autor: Juan C. L. Rojas
  

AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.