domingo, 21 de marzo de 2010

Vergüenza

Cumplida en fecha y hora
    la rutina rumiante de lo urbano
golpea de repente a nuestros ojos
     /las sombras/


Cuando el té de la tarde
    ha desaparecido en el fondo
        de la fina porcelana...
Cuando sueña la conciencia
    nada más
        que un tranquilo divagar
se adentran    inevitables    en nuestros pechos
     /las sombras/
Las sombras de las miserias cayendo con el sol.


Un ejército de comandantes diminutos
    avanzan/
        entre cacharros y humedades.
Con olfatos cauterizados
    avanzan/
Con manos llagadas 
    y murallas
        tras la ausencia de los sueños.
Manos que prueban a diario la moneda del hoy.
El hoy sin mañana
    el futuro cayendo de su suerte.


Sus ojos oscuros atraviesan los cristales.
Allí    donde suspendo mi café 
    y salta mi vergüenza.
Se abalanzan con ungüentos
    de barros y desidias...
De avaricias tiemblan las corbatas...
    Sus colores despectivos
        se empapan de sudores temerosos.


Cosen sus senos/
    sus bolsillos/
        sus ojos.
Más tarde
    yo también
valentón camino entre ellos/
entre los despojos de residuos abarrotados.


Me asaltan temores e impotencias...
Cargo en mi maletín
    el altruismo demacrado y avaro del mundo/
También llevo mi vergüenza
    y la incertidumbre de que alguna vez
        pudieran sumar los poderosos.


Autor: Juan C. L. Rojas







jueves, 14 de enero de 2010

Bajo trincheras

No son juncos
    los que se mueven en los secos cañadones/
No son ramas/
    ni flores marchitas agitándose.
Son los brazos
    son las manos
        de los hundidos en la tierra.

Liturgia de pañuelos blancos
    /batiendo/
        llora el aire.
...Y yo observo 
    bajo una fresca hoja de trébol
        ¡los surcos profundos
    de esas frentes cansadas!

Alambre oxidado se retuerce
    sobre cercas arbitrarias 
        de vacíos estamentos.
...¡Los iones de galvánica corriente
    atraviesan la oscura entraña del átomo!

Cada tanto se renueva en la historia
    infecunda languidez del espíritu/
y en los rediles...
    una misma cosa suelen ser
        pastores y lobos.

Los corazones fueron alguna vez
    santos continentes de sueños.

Hoy el Mar Muerto husmea impávido
    antiguos hedores y heridas abiertas.

Las banderas
costean la supervivencia con sangre derramada/
y la venganza florece de espurias semillas.

Vez tras vez
    regresan con fusiles
        los espinosos retoños.

Asustado/
bajo trincheras y fortalezas endebles
    continúa deambulando el Hombre. 

Autor: Juan C. L. Rojas 





lunes, 4 de enero de 2010

Auroras abnegadas

Levanto mi espíritu
    sobre estos hombros encorvados
que todavía sueñan batallas 
    en el ruidoso cristal de su escudo.

Duermen en el pecho    entretanto 
    las fuerzas dispuestas del amor.

Hay en la madrugada
    relámpagos de voces maduras/
y tras el rumor del río
    cantan los fogones
        el bravo dolor de los pueblos.

Navega en la bruma esta barcaza
    entre el rumor de la memoria.

Sobre las estrellas
    bogan los sueños.

Nombres inquietos llevo
    sobre bandejas celestes/
Augurios de simientes
    de flores/
        de luz.

¡Qué fuerte y oscura es la vida!

...Y de nuevo el empeño
    de auroras abnegadas. 

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 27 de diciembre de 2009

Desde el cartón

Puede
que hoy nazca
    desde el cartón desechado
        la hoguera de la vergüenza.
Leño encendido en los corazones/
Manojo apretujado
    que acopian las penumbras.

¿Nacerá también 
    algún día
        la dignidad de sentir lo hermano?

¿Nacerá la compasión
    a lo próximo y desesperado...
y en algún rincón de la conciencia
    una chispa casual de amor?

Laxos están los músculos
    desgarrados/
        para mitigar
el galope impaciente del hambre.

Niñez desguarnecida.
Adolescencia resignada a lo casual/
a la ingratitud de la fortuna/
al arrojo sobrante del mendrugo.

Ojalá nazca desde el cartón
    la dignidad
y al menos por una vez
    el sudor del poderoso.   

Autor: Juan C. L. Rojas  

viernes, 18 de diciembre de 2009

Ya no cantan

Salvajemente/
ametralla el sol
    la plaza de las miserias
donde el ego mancomunado
    evapora los desperdicios/
último puerto
    de la indigencia desesperada.

Una vez más     despierta
    bajo la punta aguda del dolor
esta historia vapuleada de ironías existenciales.
Carros con motores de alambres/
Alambres que atan el alma/
Carros que arrastran la carga vacía del pán.

La idea genial del gobernante
    es quemar las migajas para tapar la vergüenza/
la vergüenza por el hambre decretado.

Ya no cantan/
los jilgueros lloran/
    a las raíces cementadas de la flor.

Las agujas del reloj apuñalan/
Apuran la sangre las heridas de la discordia.
Los ético de la estética
    /son ciegos/
no ven la chorrera mugrienta de sus corazones.

Y lloran los jilgueros/
ya no cantan
en las calles de las miserias.    

Autor: Juan C. L. Rojas     





AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.