jueves, 2 de septiembre de 2010

El frío de las calles


No sé si te percataste
    de las penas que pululan
        en los rincones de las calles.

No sé si sentiste alguna vez/
    la ingrata emoción de los silencios...
        de las voces sordas...
            y el perfil violento y ciego
    de indiferencias y desidias.

Insisto/
    por si acaso sea tu sordera también
        una muralla de adoquines.

¡Cuántas monedas    ruedan
    en naderías despilfarradas
cruel vertiente a las miradas que espolean
    el hambre enloquecido!

Y mientras gira esta ruleta
insensible metal
    que no siente el lamido del despojo
hay tristezas...
tristezas que pierden puerilidad en los andenes/
seres que adelantan el tiempo del dolor
    en las miserias heredadas.

¡Cuántos decretos rubricados y ninguno asomó/
    para fundar la alcancía lejana a los corruptos!

No sé si mediste alguna vez
    esa hermosa sensación
de dormir tus días sobre flejes duros y oxidados...
Oye    no te hablo de tarimas y teatros/
te hablo de la vida pasando por los huesos.

¿Se enfundó tu niñez acaso
    en los harapos de colchas perforadas?
¿Sintieron tus manos de niño duro
    la ondulada y oscura pared de cartón
        que apenas corta el calor de las estrellas?

¿Se empolvaron tus pies
    al bajar sobre la escarcha
        en el frío amanecer?

...¡Ah    las manos maternas
    de calor frotado sobre la frente tempranera
        luchando las discordias
            del pan de cada día!

¡Mira!   
¡Alguien se encorva allí    a tu lado!
No te olvides de tu hermano...

Mientras caen papeles accionarios
    y tiembla la avaricia
tal vez estés aún
    envuelto en gamuza y algodones
pero también    la vida es hoy
    para los que están
        en el frío de las calles.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas









lunes, 28 de junio de 2010

Los ojos de la impotencia

Hoy una lluvia diferente
   trae sobre las ciudades su barro de fuego.
Las rutas lejanas palpitan de muerte.
Los ojos se agrandan bajo el frágil manto
   que se abre al horror.

Hoy amanece en este confín
   y hablan las luces oscuras
      en el idioma de la tragedia y del odio
         para negar la esperanza.

Hasta la extensión aborrecible del
desierto
   hoy es benévola.
No hay arena volando en las tormentas
   pero son escombros estas alas
      que cortan a sesgo
         el aire
            y los huesos de la inocencia.

No son de buenas nuevas
   estas ondas expansivas
      que sacuden
hasta el alma de las piedras.

¡Oh, Muerte!
¡Sólo un pedazo de plomo vale tu trabajo/
  aunque el misil cueste un millón!
Los balcones tiemblan
   y es esta
una victoria más   de los infiernos.

Los latidos sacuden
   desollando las paredes de la carne/
y en una habitación
   bajo la cama
donde el mundo ignora
   (o es sordo en su desidia)
      un niño
         trémulo
      acurruca su impotencia.
Se ha mutilado su espíritu/
    para siempre.

Autor: Juan C. L. Rojas

domingo, 27 de junio de 2010

Horóscopo

Efigie impertinente que amedrenta la luz.
Necios fetiches.
    sembrados en el erial de los tiempos oscuros.


Oro  simbólico de la mudez enclavada en los siglos.
Sonoro bardo de lo altivo y desfalleciente.
Sordera infinita de la soberbia humana.


Bajo lo azul se agazapó el desierto
    soslayando inmutable a la aurora.


Arenal mirada/ 
Brillo hiriente de adusto entrecejo
    cortando el canto obsesionado de los sueños.


Escolta de pirámides esbeltas/
Señal desesperada de la esperanza/
Voz cansada y sedienta/


¡Cientos de guerreros caen
    bajo las nubes rasgadas por el espanto!


Perfuma el aire las miserias consentidas.
El Hombre cree buscar la verdad
    y se rinde bajo su propio y oculto temor.
Los ojos de dioses oscuros fertilizan las semillas del odio.
De cada andar emerge cierta veracidad del horóscopo.
¡Lo que has sembrado eso es lo que segarás!


Intento reparar la lejanía de mis puertos
    mas los cielos se licuan en el asombro cotidiano.
Y oprimen las preguntas...
Se pierden desde antaño
    en las sombras propias
        de turbios anocheceres.


Autor: Juan C. L. Rojas






  

Lapsus discordante

Una mancha inoportuna cae
    sobre la agenda crítica de los sueños.
Rayo fulminante del miedo
    que asalta    sutilmente
        desde el fondo oscuro de la intemperancia
    desmembrando carne y espíritu
         cuando el desconcierto apaga
              el fuego rectilíneo de las venas.

En el confuso bosque se pierde
    el caníbal sediento del deseo.
Las ligaduras de las manos se cortan/
de las sienes abruptas/
de las sombras.

Sólo el amor
    apacigua la furia de cielos contenidos.
Tiembla el vellocino de oro
    sobre el torso fuerte de los dioses.

Tiembla la ternura
que no puede volcar las caricias de sus labios.
Tiembla el amor
cuando su sino cae
    en el hoyo tramposo de la duda.

Fluvial aluvión se quema/
    denso/
        en las paredes de los túneles cansados.
Sin embargo se fertiliza el barro/
decanta/
sobre tronera de tiempos florecientes.

Autor: Juan C. L. Rojas

martes, 15 de junio de 2010

Almas y chips

Crece magnánima
    esta conspiración técnica 
        de marismas internáuticas/
que diluyen
    anónimos corazones/
sin ojos/
sin piel/
    y sin brillos estelares.

En quebradizo puente  
    (de alas perdidas en el éter)
sondeo el espacio
    buscando tus manos...
Encuentro sólo dioses sin olfatos...
    en esta ruta de ondas/
        y vítreas fibras luminares.

Navego el asombro.
    Informático paladar del corazón
        que prueba cables
            (tu piel acaso)
                y testea
     el dramático tiritar de transistores.


Están congestionados
    (siento)
        los chips del alma.

Esta herejía apocalíptica
    se zambulle en nichos
        que transmutan  
            dudosos homo sapiens
    en seguros homo stupidus.

De frente a la batalla van
    desenvolviendo con perillas y remotos
        a la belleza embalsamada
            de vestido fosforescente/
    ensamblada en cañones tricolores 
        que rebotan/
            al barrido electrostático
        de catódicos/
            rayos fantasmales.

...Se funden en la nada
    espíritus y retinas.

Un cuerpo virtual bajo mis sábanas
    me erecta
        con sutiles electrodos programados/
    y me mueve en un compás sinusoidal
        que ya no sé/
    si sabe a vida
        o sabe a muerte. 


Autor Juan Carlos Luis Rojas 


Mi poema tiene que ver en gran manera con esta forma interesante de relacionarnos en una gran amplitud de tiempo y de espacios geográficos, y que por ser virtual no deja de ser una realidad; y tampoco tiene por qué acentuar algún desmedro de la calidad en esa interacción . Por el contrario, puede haber un alto grado de calidad emotiva y espiritual, y mayores hechos de comunicación, que en la otra realidad.
Lógicamente, como el cyberespacio es un medio, también puede ser mal usado, y puede ocurrir lo bueno o lo malo, como en el andar "paralelo" de la cotidianidad...
En cuanto a mi idea de poesía... Para mi la poesía lo abarca todo...
Depende de cada uno de nosotros el que lo podamos percibir o no. Y en cuanto a la expresión poética de ello, depende de los elementos que conocemos, o que podemos incorporar, según la experiencia de cada uno; aunque esos elementos en sí, parezcan no ser poéticos. Desde ya, hay personas que entienden por poesía sólo lo que expresa a lo "romántico", y a su vez, hay personas que entiende por romántico, sólo a la relación de pareja.
Creo que el campo de la acción poética se ha ampliado, en tanto que el mundo lo ha hecho, en su universo de posibilidades de diversa índole.
Es así que se crean discusiones que quizás en un futuro ya no existan, porque serán superadas y asumidas, como lo de estas polémicas que suelen surgir, en cuanto a la manera de la inserción del humano en la técnica y en especial de internet.
Por estas razones, en mi poema: Almas y chips, incorporo, de ex-profeso, palabras técnicas para enfatizar bien la ambientación de nuestras relaciones de internautas.


J. C. L. Rojas

AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.