domingo, 18 de mayo de 2014

Misil de sombras.

Luz inmóvil
   puliéndose en las hojas.
Luz inmóvil/
donde se adentra mi cuerpo
   hecho un violento misil de sombras.

Se encadena en mi corazón
   en la fragua del sentimiento/
y para siempre
cierro mi boca en el silencio.

Asperamente me abraza
   este arco verde.
¡Tallo vivo que se tensa!
   vaciando en los confines
      aljabas de pasión.

Luz inmóvil/
Espectral/
...¡Desorbitados cielos!
¡Atónitos cielos
   de incierta veracidad de la verdad!

Y esta luz inquieta me baña estupefacta...
¡Inquieren de mi
   sus ojos sinusoides
en su cuerpo intangible!

¿Dónde aprendiste 
   a andar sobre las aguas?
Me pregunta.
¿Cómo fueron piedras los pantanos
   bajo tus pies?

Frente a tus propios ojos
   (respondí)...
anduvieron colibríes
   danzando sobre camalotes.

¿Cuál es tu pregunta al fin
   luz universal
que atraviesas el orden
   de eternos errabundos?

¡Luz inamovible!...
   que te pules en las hojas.
Luz inmóvil
   donde se adentra mi cuerpo
mi alma...
hecho un violento misil
   sólo de sombras.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 10 de mayo de 2014

Duende

Baja la balsa lenta
   sobre el papel ambarino/
      donde discurre un pentagrama de lirios.

Emerge del fondo oscuro
   /tras el sol/
los blasones encendidos
   de los sauces...

Y se bebe el mar
   esta ignota canción del recuerdo.

Este paisaje de manos y ojos
   acaricia mi frente
      cuando te pienso.

Sé que has escondido estrellas
   bajo tu cielo tímido
y he aquí
que insondable el amor memora/
(Mientras perfuma el aire
   ese suave ondear de juncos)

¡Oh, complicidad!
Pequeño duende de mar.
Haz eterno
   que transmuta aquí en mi pecho.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 26 de abril de 2014

Sentidos

Sueño despierto.

Cataratas salpicando estrellas
   son mis sueños.

Revivieron tus ojos.

Luminosas barcazas son
   en la semblanza sonriente del mar.
...de profunda tristeza 
   renacieron los míos.

¿Comprende el mundo
   que es porque hiere
que muere tras cada herida?

...Y la soledad no está sola/
Muchas veces me toma de la mano.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 20 de abril de 2014

Tristeza y quietud

Es domingo
    y canta una larga tristeza el silencio.
Veo desde la ventana los árboles fantasmales/
Inmensamente quietos/
Inconmovibles   sus hojas   su vida.

Un ojo del Sol me espía
   entre las nubes abarrotadas/
Aguas de piedras arriba/
Encapotan de penumbras
   este esbozo gris de brumoso silencio.

La mirada del corazón acribilla el cristal
   mientras en los hombros se encarama lo ausente.

No miro atrás/
No quiero mirar/
No quiero escuchar
   la sinfonía incompleta
      que de los enseres emana.

¿Es debido a mi espera que se detiene la tormenta?...
¿Moverá nuevamente el viento a estas hojas
   cuando estén tus manos sobre las mías
      y tus ojos se adentren
         en mi quietud que huele a desamparo?...

Es domingo...
   y canta una tristeza infinita
el rotundo silencio de la mañana.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 4 de abril de 2014

Paradojal


Un estilete sanguinario retoma el blanco
    centrado en el corazón donde la llama resiste.
Y el salitre florece en las grietas cansadas.

Asustan los abismos de ecos que se mecen/
    aquí dentro/
        en las cavernas cristalizadas del cuerpo.
Sombras aletargadas.
¿Fortalezas invencibles acaso?
Regimiento oscuro 
    que presenta sus armas
        en este incierto batallar.

Río revuelto
    de inmemoriales y opacas turbulencias
        es mi tierra desangrada.
Y es por alzar banderas
    que suelen enemistarse los hombres.

Son golpes de espumas 
    lo que truena
         en las costas sedientas.
Es antinatural lo que coarta al alma.

Paradojal esta conjunción de brazos
    que luchan/
desde la naciente misma 
    de la semilla.
Paradojal el coloreo microcósmico
    de la fruta madurada.
Paradojal el diseño de arabescos
    sobre andamiajes y cornisas.
Paradojal mi canto/
    que pretende
        (ya en las postrimerías)
            estos vagos himnos de esperanza.

Una vez más
    son pétalos adormecidos en el temor
        los lazos rotos de las manos/
mientras el camino
    suele ser... ¡larga siembra de llagas!

No son los médicos 
    quienes curan el corazón
sino la mirada amorosa
    de los ojos que se acercan.
¡Qué duro es convencer
    a los ángeles malditos
        de la alegría!

Te repito una vez más/
¡Que no te confundan mis ojos!
    si juegan/
en la luz de sus sombras.

AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas

AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.