Excusa de post edición:
Los poemas del libro, "Sobre la piel de la Tierra"
(como el presente), nacen en el contexto de la
"Era Bush", invasión a Irák, etc. Quizás por ello
la indignada inspiración panfletaria y realista por
la que se me puede acusar.
J. C. L. R.
He aquí la imagen
de ciertos hombres.
Cabezas trapezoidales/
En ellos no cabe
ni un gramo de túmulo gris
donde construír una historia
digna de la vida.
Por las paredes de esa habitación
que suelen llamar cerebro
suben apenas caracoles oscuros.
Inútiles ninfas anidan
detestando el hábitat.
Estos triángulos/
estos vértices milimétricos
asoman desde el suelo
su condición de impíos execrables.
En su increíble bajeza espiritual
ostentan ser dueños
y señores de la Tierra.
suelen seguirles una corte
de innumerables secuaces
sin más posesión
que sus extremidades inferiores
suficientes para pisar las uvas
en el lagar de la maldad.
Es con esta clase de hombres
que aún el mundo
cocina sus guisados/
difundiendo violenta indigestión.
¿Por qué están allí estos señores
con sus cetros medievales?
¿Quién los coronó
para la empresa
donde se creen
encumbrados por los dioses?
Es muy simple la razón/
Hay muchos indolentes
que los aplauden
para luego arrepentirse...
O para llorar mas bien
como cocodrilos?
En realidad
es geometría bien definida
el escabel del drama humano.
Es el egoísmo
la raíz venenosa del árbol.
Cuando elige/
Todavía piensa en sí el Hombre...
¡Cree pensar en sí mismo!/
No en el otro/
mucho menos en el Todo.
El egoísmo/
He ahí la raíz del mal.
Autor: Juan C. L. Rojas
Los poemas del libro, "Sobre la piel de la Tierra"
(como el presente), nacen en el contexto de la
"Era Bush", invasión a Irák, etc. Quizás por ello
la indignada inspiración panfletaria y realista por
la que se me puede acusar.
J. C. L. R.
He aquí la imagen
de ciertos hombres.
Cabezas trapezoidales/
En ellos no cabe
ni un gramo de túmulo gris
donde construír una historia
digna de la vida.
Por las paredes de esa habitación
que suelen llamar cerebro
suben apenas caracoles oscuros.
Inútiles ninfas anidan
detestando el hábitat.
Estos triángulos/
estos vértices milimétricos
asoman desde el suelo
su condición de impíos execrables.
En su increíble bajeza espiritual
ostentan ser dueños
y señores de la Tierra.
suelen seguirles una corte
de innumerables secuaces
sin más posesión
que sus extremidades inferiores
suficientes para pisar las uvas
en el lagar de la maldad.
Es con esta clase de hombres
que aún el mundo
cocina sus guisados/
difundiendo violenta indigestión.
¿Por qué están allí estos señores
con sus cetros medievales?
¿Quién los coronó
para la empresa
donde se creen
encumbrados por los dioses?
Es muy simple la razón/
Hay muchos indolentes
que los aplauden
para luego arrepentirse...
O para llorar mas bien
como cocodrilos?
En realidad
es geometría bien definida
el escabel del drama humano.
Es el egoísmo
la raíz venenosa del árbol.
Cuando elige/
Todavía piensa en sí el Hombre...
¡Cree pensar en sí mismo!/
No en el otro/
mucho menos en el Todo.
El egoísmo/
He ahí la raíz del mal.
Autor: Juan C. L. Rojas
Lo he pensado mucho... vengo de un país diverso por naturaleza, la violencia la podría considerar, hoy por hoy, como un gen más de nuestra razonada idiosincracia.
ResponderEliminarEs un placer que sigas mi blog -La Elocuencia de Jessimiel (http://calielocuencia.blogspot.com)-
Saludos desde Cali-Colombia
Sin duda remero fantasmal, el egoísmo, es decir la ausencia de amor, es la raíz del sufrimiento del planeta y de la especie. Comparto tu objetivo y honro a una poesía que de cuenta de ello y colabore en la expansión de la conciencia ¡Me alegra contar contigo en La Cala estamos sintonizados!.
ResponderEliminarUn abrazo!
Así es, debemos estar acostumbrados a remar con el EGOÍSMO de ciertas personas. Debemos asumir que es una contante en el ser humano desde que tiene uso de razón... Sólo queda asumirlo, es una verdad como un templo.
ResponderEliminarMuy bueno!, y el tema, actual en el tiempo de los tiempos.
ResponderEliminarSi hubiese un alma, dónde un alma había...!
... Y si había, qué alma había?
Hay males necesarios, otros innecesarios... pero tan enraizados! que han anulado la voz de la conciencia, lamentablemente, y para dolor de muchos.
Mejor se daña!
ResponderEliminarMuy bueno éste poema!!!
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