Cumplida en fecha y hora
la rutina rumiante de lo urbano
golpea de repente a nuestros ojos
/las sombras/
Cuando el té de la tarde
ha desaparecido en el fondo
de la fina porcelana...
Cuando sueña la conciencia
nada más
que un tranquilo divagar
se adentran inevitables en nuestros pechos
/las sombras/
Las sombras de las miserias cayendo con el sol.
Un ejército de comandantes diminutos
avanzan/
entre cacharros y humedades.
Con olfatos cauterizados
avanzan/
Con manos llagadas
y murallas
tras la ausencia de los sueños.
Manos que prueban a diario la moneda del hoy.
El hoy sin mañana
el futuro cayendo de su suerte.
Sus ojos oscuros atraviesan los cristales.
Allí donde suspendo mi café
y salta mi vergüenza.
Se abalanzan con ungüentos
de barros y desidias...
De avaricias tiemblan las corbatas...
Sus colores despectivos
se empapan de sudores temerosos.
Cosen sus senos/
sus bolsillos/
sus ojos.
Más tarde
yo también
valentón camino entre ellos/
entre los despojos de residuos abarrotados.
Me asaltan temores e impotencias...
Cargo en mi maletín
el altruismo demacrado y avaro del mundo/
También llevo mi vergüenza
y la incertidumbre de que alguna vez
pudieran sumar los poderosos.
Autor: Juan C. L. Rojas
Discusión sobre el poemario "Sobre la piel de la Tierra". Difundir, expandir su mensaje,... con el objetivo (¡Vaya pretención la mia!), de reflexionar y contribuir a un poco más de armonía sobre la tierra,... aprender más sobre el amor y no sobre la guerra, el odio, la opresión. Ya es hora de abrir un poco las conciencias; especialmente la de los poderosos, para que puedan ver las desigualdades e injusticias plagadas de egoísmo y necedad.
domingo, 21 de marzo de 2010
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hola fantasmal,asi figuras entremis seguidores,buenos versos,un placer...
ResponderEliminargracias
lidia-la escriba
gracias x tu visita y comentario!
ResponderEliminarun saludo
lidia-la escriba