miércoles, 14 de octubre de 2009

Con los pies heridos

Debo bendecir/
    esta crítica aurora nueva
        de truenos y relámpagos.

Debo bendecir los anhelos/
    porque le dan alas a estos pasos
para que dancen/
    más allá/
sobre las empuñaduras salientes
    de estos riscos.

Debo bendecir/
    esta molienda de montañas
        para asegurar llanuras y vergeles.

Sin embargo puede ser...
¡Sí!... ¡Pudiera ser!
    que despilfarre en vano
        la benevolencia abnegada
            de esta esperanza.

Intento romper el bloqueo
    a las señales que vuelan
        frente a la nariz insensible del aire.

Intento abrir
    las mentes que caen
        ante el polvo oscuro del ego.

Expongo en el borroneo de mis versos
    la mansedumbre del humus
        que despierta a la semilla.

En un rincón está/
arrojado como al descuido
    el mantel de la armonía
mientras    en los valles
ronda esquivo de los hombres
    el unicornio.

...Y yo aquí/
con este destino
    de piel y silencio.

No quiero
sólo soñar un viento hermoso
    barriendo esta molicie
        aferrada en multitudes.

Con los pies heridos caminan los sueños/
con los hombros fatigados avanza el amor/
    dejando altares
        de tímidos fantasmas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Poeta de nubes


Pájaros titilantes
    golpean el cristal de mi ventana/
me invitan al abrazo tibio de su vuelo...
y yo me entumezco en el pudor.

Las consignas de la libertad aguardo
     en la satrapía del escrúpulo/
águila perdida en el profundo arcón del miedo.

En cumbres inaccecibles anidas ave misteriosa/
poeta de nubes y horizontes/
señor incomprendido de distancia y firmamento.

Prejuicios de dioses y cavernícolas pululan en los valles/
del mal se ríen sus sombras con la boca de otro mal.

La piedad del viento
    romperá las telarañas que aprisionan estas alas/
¿Se enfriará tal vez esta pasión
    que desuela en los torrentes escarlatas?

Ya está marchito el sueño
    de amamantar la vida 
        con la nutriente cuerda del amor.

Ya están marchitas las hojas
    que calentaron las espinas del odio
y aún se yergue mi voz
     /aunque aturdida/
en este paisaje de alaridos y estruendos
    para enarbolar acaso
mi esqueleto de espíritu trashumante/
    anhelando nuevos brotes de retoños y verdores.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 6 de octubre de 2009

La página de agradecimiento del libro



¿Agradecimiento?...







Convencionalmente, en un libro, creo que a esta altura de páginas, suelen ubicarse las palabras de agradecimientos...

¿Agradecimientos? ¿Qué agradecimiento?

No, no me malentiendas, no soy una persona desagradecida; pero, respetando la temática de este libro, ¿qué es lo que puedo agradecer cuando queda tanto por hacerse aún?

Me tomo el atrevimiento de usar una frase de alguien que dijo: "El que no está conmigo, contra mí está, y el que no recoge conmigo, desparrama" Mateo 12:30.

Parecen palabras fundamentalista ¿verdad? Fácilmente podría admitirse esto, si se es ignorante del contexto.

Por los resultados negativos en el mundo, es evidente que fueron más los que desparramaron que los que recogieron. La irresponsabilidad del hombre lo tergiversó todo. La bondad de la obra quedó inconclusa.

Hay asuntos importantes que no aceptan tibias participaciones.

Mi agradecimiento genuino y mi admiración, es para aquellos que hacen algo por el mejoramiento de la condición de "ser" humano. Aquellos que contribuyen con inteligente discernimiento a favor de la armonía y la justicia.

Los que están cerca de mí, "cerca" en el sentido más completo del vocablo, y se merecen gratitud, ellos entenderán, y ya sabrán si deben sentirse aludidos. Ellos no requerirán más, que este tácito agradecimiento.

Pero, desde ya, sí, debo incluir un profundo agradecimiento por tu paciencia y entrega en la lectura de este libro, como así también por tus comentarios o reseñas.

Espero que estas páginas sean de tu agrado.
J. C. L. R.

viernes, 30 de enero de 2009

¿Cómo nace un escritor, y cuándo?

La pregunta del título se refiere en especial, a la esencia del escritor, no al acto en sí de la escritura . Por lo tanto, no es motivo de consideración aquí, a lo que fuera falsa consumación, por el simple hecho de escribir; sino que me refiero, ajustadamente, a la conjunción de varias características, generales y particulares, que hacen a un ente complejo, al ser él, continente de ese concepto, un generador de obras determinadas obras escritas; material creado, que habrá de tener cualidades afines al arte de escribir.

Desde ya, entonces, siguiendo este lineamiento, no haría a un escritor el simple hecho de escribir. Muchos escriben (escribimos), pero no encajan (encajamos), en las características conceptuales que aquí pretendo tratar.

Una de las condiciones: La ductilidad del "material" como sujeto creador; ser total y sensible, Objeto y sujeto relumbrándose entre sí, para alumbrar la obra creada.
¿Tiene un determinado sujeto, el temperamento más apropiado para dicha actividad? ¿Tiene (no necesariamente en la estructura formal de la educación) tendencia hacia lo intelectual? ¿Tiene paciencia y perseverancia? ¿Es pasional en la paradoja de su acto reflexivo,... racional e imaginativo a la vez? Ironizando: ¿Tiene "madera", o es de madera?


Bueno, las cosas se pueden mejorar, aprender. Sin embargo, no tanto. Existe lo que se llama: la "semilla" o el "germen vocacional". Esto no se manifiesta de manera evidente, pero está por ahí, en el espíritu, quizás desde temprana edad. Esa vocación puede desenvolverse con curiosidad intensa, como una de sus manifestaciones. Curiosidad oculta o quizás inquisidora. Un niño pude mostrarse reflexivo, o dispuesto a las preguntas relevantes; interesarse por lo desconocido y también por lo que hace a las relaciones humanas. En cierto modo tener un hábito cuestionador, que apunta a buscar fundamentos, especialmente cuando aún no entró en el estadio donde ya es reconocida la incertidumbre y la ambiguedad como parte de la vida. Cuando aún no llego a discernir los diversos parámetros de la relatividad.

El inquisidor se manifiesta abiertamente a los demás, es dispuesto a las relaciones; en cambio el que oculta su curiosidad investiga por sí solo.
Quien se maneja más internamente, es profundo, pensador, reflexivo. Llegada la ocasión, estas cualidades darán particulares características al conjunto de su obra. Incluso influirán en la preferencia del género y los niveles de intensidad o de profundidad.


Cuando el ser, como ente pensante, y con estas condiciones en su espíritu e intelecto, llega a tomar conciencia que vivimos en un mundo semejante a un libro descompaginado, es allí donde, desde la plataforma de su mente, intentará buscar el ordenamiento de esas páginas, según su percepción.

Se dará cuenta que el trabajo es árduo y puede que lo crea imposible de lograrlo (lo cual no estará muy errado). Quizás concluya que tal empresa estará llena de incertidumbres. Puede darse cuenta además, que ese libro, no sólo está descompaginado, sino que también le faltan páginas de transición. Ve entonces la necesidad de reescribir y reordenar el pensamiento formal; cuestionar los sistemas, apoyar partes, rechazar otras.

La intensidad de ese anhelo de reconstruír lo empujará a ser partícipe, de alguna manera, en la corrección o reescritura de algunas de esas páginas, creándose así, un habitante no estático, no pasivo, en contribución a este, nuestro hogar, que es la Tierra. Se convierte en un ser proactivo hacia el Hombre mismo.

Según lo que haya incorporado en su crecimiento, su desarrollo de espíritu como potencial escritor, administrará una tendencia que se corresponderá en menor o mayor grado con lo que tendrá que ver de alguna manera con la justicia, y en la construcción de un nuevo humanismo. Es eso, lo atinente a todo artista.

Es aquí donde puede concatenarse con la fuerza del anhelo, la necesidad de transmitir las ideas o los sentimientos para plasmarse en el escrito, y en el género que apetezca a la formación de ese temperamento y ese intelecto.
Es una pulsión que en un momento estalla. Lo impele, lo impulsa a empezar a caminar gradualmente en la trama particular de su obra.

Es válido que esta apetencia pueda nacer con una necesidad de catarsis, debido al ideal inherente, pero producida por la presión externa, directamente proporcional a su sensibilidad. Es en este punto donde puede generarse un sentido de misión, que, dependiendo de su temperamento, será variable en su intensidad pasional.

Quizás, por cierto pudor, el escritor no se esclarecerá. Puede que ya en su adultez, la carga implícita de ser, haga un "clic"; quizás por algún sacudimiento profundo en su espíritu; es en la niñez, sin embargo, donde se habrá encendido la llama de la comunicación e interacción dialéctica con el mundo; bastaría conocer las circunstancias que han conformado sus vivencias para tener una idea de su gestación. Quizás se podría prever, hasta cierto grado, hacia dónde apuntará.

Hay entonces, en mi opinión, algunos pilares básicos en donde se apoyará la plataforma de ser escritor.

Actividad del pensamiento y creación de la voluntad. (Consideración reflexiva de la realidad; adquisición de las herramientas intelectuales, formales o de autodidacta; recursos que armarán su banco mental de trabajo). 

Temperamento. (Que lo llevará a "inmiscuirse" en su entorno, con el imperativo de influír para modificar la realidad).

- Concreción de su obra. (Esto dependerá de sus circunstancias, esfuerzos, disciplina y especialmente la intensidad de sus anhelos, lo que está acrisolándose en el cantón de las ideas y los sentimientos).

Además del esfuerzo, la inspiración, es ese "aire", energizante, misterioso y divino, el que nos empuja (en diversos temas de la existencia), a llevar oxígeno por las arterias multifilares que están ramificadas en la vida. Objetivo que coadyuvaría al arte verdadero.
                                                              
Autor: Juan C.L. Rojas

domingo, 4 de enero de 2009

Músico autodidacta, arte de naturaleza e instinto. Efrén Echeverría. (Kambaí). Solista difícil de imitar.

Un pieza onomatopéyica: "El cacarear de la gallina".("Ryguasu kokore", en guaraní)











Polca de Fernando Rivarola
Aquí la letra:



FLORIPAMI

En tu rosada y fresca sonrisa
un apacible ko'ëmbota,                      (amanecer)
Floripamí
y son tus labios y tus mejillas
un rozagante clavel pytä.                   (rojo)                    

Floripamí.

….. Tu faz sedeña, Florinda mía
….. cual misterioso, triste yasy         (luna)
….. tus ojos negros, hipnotizantes
….. tienen fulgores del cuarajhy.       (sol)

Yo te amo tanto, bien de mi vida
mi inolvidable tupäsymí                       (Virgencita)
Floripamí
Ven a mis brazos, sé compasiva
que ya no puedo vivir sin ti
Floripamí.

….. Sin ti, mi vida, todo es tristeza
….. eyúna ápe che consola
….. me estoy muriendo ven, cariñosa
….. chénteco Lucy ndéve guarä                    (sólo yo soy para vos)
….. Recuerda niña, al pobre ausente
….. de este bohemio nde rayjhujha               (que te quiere)
….. Floripamí.




Que te ha, dejado todo lloroso
en un temprano ko’ëmbota               (amanecer)
Floripamí.

….. Adiós, Florinda lejana mía
….. pálida rosa, triste yvoty                (flor)
….. ay, ya no puedo, bien de mi vida
….. porque osyrýma che resay.           (corren mis lágrimas)

                                                                      
                            

AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.