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jueves, 20 de mayo de 2010

Callada marea

Como callada marea
    que sumerge indiferente a nuestros cuerpos/
como callada marea que memora
    el degüello de nuestros ojos estupefactos/
como callada marea/
¡así se anegan las conciencias!
Charcos son    de suburbios abandonados.

Aparto un poco mi corazón
    de esta ruta pedregosa que transito.
Se parte en mis labios    entre tanto
    la tibia almendra de tus besos.
Algo distinto al mundo
removiendo un poco mi dolor.

Las tinieblas recónditas del Hombre se agazapan/
    para dar el zarpazo final
        sobre la cúspide vacía de sus vértebras.
Alas de aluminio moldean los crisoles
    mientras su espíritu/    pesado se mueve/
        entre las calles desteñidas.

Pasa el cardumen celeste
    quebrando divinas tansparencias/
Es el tiempo que cabalga
    sobre el perfume de rosas cultivadas.

Duermen las multitudes
    y en sus manos el fusil...
El fusil que ignora el sueño/
El sueño que es al fin/
lamentable y triste/
centro borroso de su blanco.

Autor: Juan C. L. Rojas

viernes, 18 de diciembre de 2009

Ya no cantan

Salvajemente/
ametralla el sol
    la plaza de las miserias
donde el ego mancomunado
    evapora los desperdicios/
último puerto
    de la indigencia desesperada.

Una vez más     despierta
    bajo la punta aguda del dolor
esta historia vapuleada de ironías existenciales.
Carros con motores de alambres/
Alambres que atan el alma/
Carros que arrastran la carga vacía del pán.

La idea genial del gobernante
    es quemar las migajas para tapar la vergüenza/
la vergüenza por el hambre decretado.

Ya no cantan/
los jilgueros lloran/
    a las raíces cementadas de la flor.

Las agujas del reloj apuñalan/
Apuran la sangre las heridas de la discordia.
Los ético de la estética
    /son ciegos/
no ven la chorrera mugrienta de sus corazones.

Y lloran los jilgueros/
ya no cantan
en las calles de las miserias.    

Autor: Juan C. L. Rojas     





AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.