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martes, 5 de agosto de 2014

Boomerangs

Nubosidad de pájaros
   suelta el aire inesperado
      y detrás/   la hecatombe.

Las chimeneas sedientas
   vomitaron espumas de fuegos.
Entre tanto
   el servilismo inclina la cabeza
      sin ver/   las volutas negras 
         de sus nubes/
   Nubes que siegan la semilla
      de la pólvora y el espanto.

Se estrellan/
racimos fragorosos
   sobre las candilejas ya oscuras.
Y en las almas se apretujan las heridas.

Por ser olvidado erial
  raquítica es
      la esencia del espíritu.
Por no entender la Ley
   de la siembra y de la siega
      es que caen sus cabezas.

Por no entender
   la ley primordial del amor
      es que vuelven hiriendo sus boomerangs
   como lluvia de verano.

Aquí estoy
   en mi bunker
      verdecido y vulnerable.

Aún viriles estas hojas otoñales
   copulan sobre los tallos flagelados.

Repaso solitario
   estas consignas del amor/
deudas que inundan extensas geografías.

Más arriba
   arriba de mis sueños/
      zumban/
boomerangs en el aire.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 4 de marzo de 2012

Luvina


                                                           (Me soltaron y me dijeron: «Te amarramos 
                                                           porque cuando llegaste vimos que se te había 
                                                           perdido el alma, que tu alma te andaba buscando, 
                                                           y te amarramos para que te encontrara.»”.)
                                                           JUAN RULFO




Caigo en esta desolación
    donde muerde a la piel 
        estas llamas del viento.

  

Proyectiles y areniscas.   
Un sólo haz bajo el sol
    para fundir los sueños/      /duros sueños/
 que van de nuevo barranca abajo           /tumbados/
       por la salvaje oquedad del horizonte.

Pudieran tus manos 
  blindar mi frente/    
para avanzar
      una vez más         como lanza perfumada
   /rompiendo/       el negruzco pantano del aire.

Pudiera ser mi sangre 
    potente mar
       atravesando los corales.
  
 ...Y soy...    a pesar del cruel descarne
   del desierto...  soy jinete trashumante
    que te sueña/      sabiéndote
    oasis inminente
          en los fulgores de la dicha.

Juan C. L. Rojas

lunes, 4 de enero de 2010

Auroras abnegadas

Levanto mi espíritu
    sobre estos hombros encorvados
que todavía sueñan batallas 
    en el ruidoso cristal de su escudo.

Duermen en el pecho    entretanto 
    las fuerzas dispuestas del amor.

Hay en la madrugada
    relámpagos de voces maduras/
y tras el rumor del río
    cantan los fogones
        el bravo dolor de los pueblos.

Navega en la bruma esta barcaza
    entre el rumor de la memoria.

Sobre las estrellas
    bogan los sueños.

Nombres inquietos llevo
    sobre bandejas celestes/
Augurios de simientes
    de flores/
        de luz.

¡Qué fuerte y oscura es la vida!

...Y de nuevo el empeño
    de auroras abnegadas. 

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 29 de noviembre de 2009

Torrentes

Se gesta lo oscuro
    cuando es la necedad la que se sienta
        en las butacas del congreso/
cuando    sin dar las reglas exigen el juego.

Suelen venir con atuendo sutil/
    las letras pomposas de la ley/
paliando con engaños
    la supervivencia del necesitado.

De esta matriz surge
    la infancia que desvive en las calles.
La niñez ingenua de bondades rotas
    bajo el mezquino sol de la injusticia.
En la visión borrosa del horizonte cuelgan/
    delineados ante sus rostros
        los mendrugos    los andrajos.

Torrente oscuro de miserias amontonadas/
Esparcidas en el rebusque...
    ¡Y qué lejos nuestros ojos!...

Torrente que satura el vicio
    en la costumbre de la tristeza.
Torrente de lágrimas quietas
    calladas en los cuencos duros.
¿Cuántas veces    entre sábanas perforadas
    apareció el juego de las manos frías?

Ahí arriba    también
    irónico flamea lo celeste.
Arriba/
    suenan las campanas del champán.
Y más arriba    en el camino    retumbará/
    la pesadilla violenta de estos sueños/
        y tal vez
            ya no haya más qué perder...
                 ¡O acaso sí!...
            La ceguera de los corruptos.

Es triste el piquete abierto
    en el alma de la desesperación.
¡Indigna la verguenza ociosa de la desidia!
A veces
    (así como la piedra)
         se ruboriza el poder/
Y le urge entonces mantener el orden.
Tapar "iniquidades" bajo alfombras represivas.

¡Aterroriza    amigos míos
    pasar por el recuerdo y el recuento de la historia!
Por eso levanto un puñal misericordiosos
    para punzar la vista engordada de lo injusto/
        la opulencia de la avaricia.
¡Pudiese acaso algún día
    despertar su sangre apática!
¡Sacudir este orbe oscuro
    que no quiere ver
las corrientes "silenciosas" del dolor!

Autor: Juan C. L. Rojas





AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.