"..Pero hay otros de sus ingredientes que merecen atención, y que además están presentes en un porcentaje mayor, como por ejemplo el ácido clorogénico, que alcanza concentraciones de entre el 7 y el 9 por ciento, y que es un potente antioxidante capaz de contribuir de forma significativa a prevenir la degeneración de la retina en ratones, según revelan los resultados de un estudio llevado a cabo sobre ratones por el equipo de Chang Y. Lee, profesor de ciencia de los alimentos en la Universidad Cornell de Ithaca, Nueva York, Estados Unidos..."
http://ar.globedia.com/mejor-salud-retina-gracias-cafe
Discusión sobre el poemario "Sobre la piel de la Tierra". Difundir, expandir su mensaje,... con el objetivo (¡Vaya pretención la mia!), de reflexionar y contribuir a un poco más de armonía sobre la tierra,... aprender más sobre el amor y no sobre la guerra, el odio, la opresión. Ya es hora de abrir un poco las conciencias; especialmente la de los poderosos, para que puedan ver las desigualdades e injusticias plagadas de egoísmo y necedad.
viernes, 5 de mayo de 2017
¿Café, Si?
Etiquetas:
ácido clorogénico,
bebida,
Café,
Chang Y. Lee,
estimulante,
estudio,
retina,
salud,
vista
lunes, 27 de junio de 2016
Luces y voces
¡Ah si endulzar pudiesen las lágrimas
hasta el mismísimo fondo escondido del mar!
¡Si estos subterfugios sedientos de las almas
unir pudiesen sus manos
un poco antes de sorprender el crepúsculo!
Podrían entonces batir con ardor
las palmas expectantes de mi pecho.
Sueño avanzar sobre este campo
hacia las manos de la aurora/
¡Aún arrastrando mis huesos
sobre el verde aguerrido del césped!
Suelen perder la luz
los hombres de sólo carne/
Suelen venderla
por un guiso y algunas lentejas.
Mientras tanto madura el paso del tiempo/
a pesar de suspiros y sudores.
Y el indigente recuerda al trigo
cuando solo algunos fideos se dilatan en la olla.
Hoy besa mi sangre el lacerante estrés del Amor.
En los puños de esta noche
(larga noche)
me adormezco/
para despertar algún día
en la chispa madurada de un nuevo sol.
Abro al futuro esta agenda/
Vanidad de poeta/
¡Una vez más esta copa de sueños remecida!
Tiendo esta mesa de bohemias y utopías... y cantos/
porque las voces...
¡Sé que las voces
pueden derribar los muros!
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
hasta el mismísimo fondo escondido del mar!
¡Si estos subterfugios sedientos de las almas
unir pudiesen sus manos
un poco antes de sorprender el crepúsculo!
Podrían entonces batir con ardor
las palmas expectantes de mi pecho.
Sueño avanzar sobre este campo
hacia las manos de la aurora/
¡Aún arrastrando mis huesos
sobre el verde aguerrido del césped!
Suelen perder la luz
los hombres de sólo carne/
Suelen venderla
por un guiso y algunas lentejas.
Mientras tanto madura el paso del tiempo/
a pesar de suspiros y sudores.
Y el indigente recuerda al trigo
cuando solo algunos fideos se dilatan en la olla.
Hoy besa mi sangre el lacerante estrés del Amor.
En los puños de esta noche
(larga noche)
me adormezco/
para despertar algún día
en la chispa madurada de un nuevo sol.
Abro al futuro esta agenda/
Vanidad de poeta/
¡Una vez más esta copa de sueños remecida!
Tiendo esta mesa de bohemias y utopías... y cantos/
porque las voces...
¡Sé que las voces
pueden derribar los muros!
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
Etiquetas:
Juan Carlos Luis Rojas,
Luces y voces
sábado, 14 de noviembre de 2015
Simple
No es/
ni fortuita
ni gratis
la defección que siembra la indolencia del espíritu.
Tarde o temprano
brotará la semilla de su mal.
Es porque no piensa con el corazón
que el mundo cae en el raciocinio de su muerte.
Su necia picardía
guarda el escrúpulo en los cofres del cinismo.
Todavía desierto de amor/
fustiga sangre el andar de los hombres.
Se creen sabios/
y enseñan malabares a robots
en el campo sideral de atónitas estrellas...
pero sus almas no saben volar.
Pareciera vano finalmente
el hechizo que nos brinda
la floresta colorida en el desierto.
Es así/ que revuelto en penurias combativas
danza este follaje amarillento/
de quien fue quitando verdores
el hollín y la flama
del ardiente vivir.
¡Pero es simple el remedio, sin embargo!...
¡Simple!
Como una gramilla extendida
sobre la piel de la tierra.
Es sólo saber sentir/
para comprender a las voces
que suenan en estos ojos.
De toda esta...
crudeza de la desidia
me desahogo a veces mirando a los nidales/
Donde los picos besan
al amor
vestido de plumones...
y veo a la lluvia/
generosa/
alimentando a la semilla.
También te miro/
y aunque nos crean en el altar de la locura
deja que sea inseminada de estrellas
la cuenca florecida de tu cuerpo.
Embriaga tu corazón de sentimientos/
para que estalle
en cada poro de tu piel/
para dulcificar simplemente
/como lo hacen tus ojos/
este ácimo pan
que nos toca vivir.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
ni gratis
la defección que siembra la indolencia del espíritu.
Tarde o temprano
brotará la semilla de su mal.
Es porque no piensa con el corazón
que el mundo cae en el raciocinio de su muerte.
Su necia picardía
guarda el escrúpulo en los cofres del cinismo.
Todavía desierto de amor/
fustiga sangre el andar de los hombres.
Se creen sabios/
y enseñan malabares a robots
en el campo sideral de atónitas estrellas...
pero sus almas no saben volar.
Pareciera vano finalmente
el hechizo que nos brinda
la floresta colorida en el desierto.
Es así/ que revuelto en penurias combativas
danza este follaje amarillento/
de quien fue quitando verdores
el hollín y la flama
del ardiente vivir.
¡Pero es simple el remedio, sin embargo!...
¡Simple!
Como una gramilla extendida
sobre la piel de la tierra.
Es sólo saber sentir/
para comprender a las voces
que suenan en estos ojos.
De toda esta...
crudeza de la desidia
me desahogo a veces mirando a los nidales/
Donde los picos besan
al amor
vestido de plumones...
y veo a la lluvia/
generosa/
alimentando a la semilla.
También te miro/
y aunque nos crean en el altar de la locura
deja que sea inseminada de estrellas
la cuenca florecida de tu cuerpo.
Embriaga tu corazón de sentimientos/
para que estalle
en cada poro de tu piel/
para dulcificar simplemente
/como lo hacen tus ojos/
este ácimo pan
que nos toca vivir.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
Etiquetas:
cinismo,
desierto,
estrellas,
gramilla,
hombres,
indolencia,
Juan Carlos Luis Rojas,
locura,
pan,
raciocinio,
sabios,
sentimientos,
Simple,
Sobre la piel de la Tierra,
vivir
miércoles, 29 de octubre de 2014
A los brazos del mar
Siembra de sueños derramó la vida
sobre los surcos del tiempo
donde las flores quisieron brillar.
La extensión de la esperanza
se fue desdibujando
entre pedregales y peñascos.
Fue cayendo/
perdida en el lodazal del odio
luego del canto y el llanto/
silbando con el viento dolorido.
Las dudas por doquier espinaron los valles.
Un delta oscuro
de frutales derrochados
fue entregando la corriente
sobre cielos y tierras.
Era la maldad un torrente
perfumado de sangre.
Los trigales muertos bajo el horror
de asesinos incendios del alma.
...Y fuimos sombras allá
recogidas de temor/
vulnerables/
a las hachas gigantescas
en manos invisibles…
Los continentes quedaron vacíos/
prestos a volcarse
hacia el horno oculto del mar.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
jueves, 4 de septiembre de 2014
Quo vadis, domine?
Una vez más
los campos de la historia necesitan fulgurar.
Desterrar la fronda opaca
de mercadotecnias sin victorias.
Crece desnutrida
la ovación desfalleciente de la esperanza
en claustros entumecidos del intelecto.
Aleluya de ángeles se oyen
en el confín de los desiertos
cuando hallan manantiales...
Humilde sabiduría del sentir
y ese instinto azul de los cielos.
Sólo ennegrecer/
es la consigna de sofistas
que construyen bibliotecas adormecidas.
Oscurecer en la ignorancia
es el camino y el fin
en la estética de la nada.
¿Es en vano esta voz cerrada que suplica
entre el follaje acidulado?
¿Será muralla triturada por las bombas
la sordera del espíritu?
¡Tapia derruída habrá de ser
bajo la lluvia amarga de los tiempos!
"El fin, no son muchos libros,
dijo el sabio,
lo que el hombre siembre
eso es lo que segará".
"Quo vadis, domine?"...
Se fortalece en la impotencia
esta fusta granate de la indignación.
Y habrán de templarse los aceros
para aserrar
el duro tronco del ego.
Ya no puede desandar
esta obvia evidencia del estrago.
Todavía se discuten los destinos
en la corriente de la historia...
¡y el destino es hoy!
sonando bajo los pies.
"Quo vadis, domine?...
Fue la pregunta al andante,
quien sin contestar
ajustó su abrigo
inclinó la cabeza
y triste muy triste
siguió su camino.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
los campos de la historia necesitan fulgurar.
Desterrar la fronda opaca
de mercadotecnias sin victorias.
Crece desnutrida
la ovación desfalleciente de la esperanza
en claustros entumecidos del intelecto.
Aleluya de ángeles se oyen
en el confín de los desiertos
cuando hallan manantiales...
Humilde sabiduría del sentir
y ese instinto azul de los cielos.
Sólo ennegrecer/
es la consigna de sofistas
que construyen bibliotecas adormecidas.
Oscurecer en la ignorancia
es el camino y el fin
en la estética de la nada.
¿Es en vano esta voz cerrada que suplica
entre el follaje acidulado?
¿Será muralla triturada por las bombas
la sordera del espíritu?
¡Tapia derruída habrá de ser
bajo la lluvia amarga de los tiempos!
"El fin, no son muchos libros,
dijo el sabio,
lo que el hombre siembre
eso es lo que segará".
"Quo vadis, domine?"...
Se fortalece en la impotencia
esta fusta granate de la indignación.
Y habrán de templarse los aceros
para aserrar
el duro tronco del ego.
Ya no puede desandar
esta obvia evidencia del estrago.
Todavía se discuten los destinos
en la corriente de la historia...
¡y el destino es hoy!
sonando bajo los pies.
"Quo vadis, domine?...
Fue la pregunta al andante,
quien sin contestar
ajustó su abrigo
inclinó la cabeza
y triste muy triste
siguió su camino.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
Muy buen viernes para todos, familia, amigos...Existe lo noble del ser humano que transita hacia un sentido de misión,...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on viernes, 5 de septiembre de 2014
Etiquetas:
abrigo,
aserrar,
camino,
desandar,
destinos,
ego,
historia,
impotencia,
indignación,
Quo vadis domine?,
triste
domingo, 24 de agosto de 2014
El temor de Babel.
"En el principio el Verbo era.
Y el Verbo estaba con Dios.
Y el Verbo mismo era un Dios."
Juan 1:1
Ante la soberbia del polvo se ofendieron los dioses.
Ladrillos dispersaron en el aire.
Cayeron la piedras
los verbos los nombres.
Millares de lenguas confusas hirieron los confines/
Y de pié aún el ser/
(se dice humano)
protege su temor
que ignora el mensaje del espíritu.
De pié/ Babel/
en su pertrecho de pólvora y alfabetos.
También el susto
de herir con estos versos.
¡Ay!
Se endurecen bajo el sol
argamasas imposibles.
Tengo miedo de accidentar esta expresión.
Miedo de atar mi dimensión a las palabras.
Siento la carencia enfermiza del lenguaje del silencio...
Siento que sólo los ángeles encienden las miradas.
Puedo escurrir estas letras sin embargo/
en los puntos inconexos
de lo mudo y de lo sordo.
Temo vez tras vez
el agobio de los pueblos en la ardua diplomacia
de la palabra muerta e imprecisa.
Temo el desgaste del amor
bajo normas y convenciones, de signos y protocolos...
"Estarán escritas en el corazón (dijo el profeta)
las tablas de la ley".
Tiembla Babilonia en el centro de esta hoja
que se cree vacía
a pesar de tanta tinta derramada.
Volveré, tal vez /distante/
a la nube antigua.
Volveré
a mi duro silencio.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
Y el Verbo estaba con Dios.
Y el Verbo mismo era un Dios."
Juan 1:1
Ante la soberbia del polvo se ofendieron los dioses.
Ladrillos dispersaron en el aire.
Cayeron la piedras
los verbos los nombres.
Millares de lenguas confusas hirieron los confines/
Y de pié aún el ser/
(se dice humano)
protege su temor
que ignora el mensaje del espíritu.
De pié/ Babel/
en su pertrecho de pólvora y alfabetos.
También el susto
de herir con estos versos.
¡Ay!
Se endurecen bajo el sol
argamasas imposibles.
Tengo miedo de accidentar esta expresión.
Miedo de atar mi dimensión a las palabras.
Siento la carencia enfermiza del lenguaje del silencio...
Siento que sólo los ángeles encienden las miradas.
Puedo escurrir estas letras sin embargo/
en los puntos inconexos
de lo mudo y de lo sordo.
Temo vez tras vez
el agobio de los pueblos en la ardua diplomacia
de la palabra muerta e imprecisa.
Temo el desgaste del amor
bajo normas y convenciones, de signos y protocolos...
"Estarán escritas en el corazón (dijo el profeta)
las tablas de la ley".
Tiembla Babilonia en el centro de esta hoja
que se cree vacía
a pesar de tanta tinta derramada.
Volveré, tal vez /distante/
a la nube antigua.
Volveré
a mi duro silencio.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
martes, 5 de agosto de 2014
Boomerangs
Nubosidad de pájaros
suelta el aire inesperado
y detrás/ la hecatombe.
Las chimeneas sedientas
vomitaron espumas de fuegos.
Entre tanto
el servilismo inclina la cabeza
sin ver/ las volutas negras
de sus nubes/
Nubes que siegan la semilla
de la pólvora y el espanto.
Se estrellan/
racimos fragorosos
sobre las candilejas ya oscuras.
Y en las almas se apretujan las heridas.
Por ser olvidado erial
raquítica es
la esencia del espíritu.
Por no entender la Ley
de la siembra y de la siega
es que caen sus cabezas.
Por no entender
la ley primordial del amor
es que vuelven hiriendo sus boomerangs
como lluvia de verano.
Aquí estoy
en mi bunker
verdecido y vulnerable.
Aún viriles estas hojas otoñales
copulan sobre los tallos flagelados.
Repaso solitario
estas consignas del amor/
deudas que inundan extensas geografías.
Más arriba
arriba de mis sueños/
zumban/
boomerangs en el aire.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
suelta el aire inesperado
y detrás/ la hecatombe.
Las chimeneas sedientas
vomitaron espumas de fuegos.
Entre tanto
el servilismo inclina la cabeza
sin ver/ las volutas negras
de sus nubes/
Nubes que siegan la semilla
de la pólvora y el espanto.
Se estrellan/
racimos fragorosos
sobre las candilejas ya oscuras.
Y en las almas se apretujan las heridas.
Por ser olvidado erial
raquítica es
la esencia del espíritu.
Por no entender la Ley
de la siembra y de la siega
es que caen sus cabezas.
Por no entender
la ley primordial del amor
es que vuelven hiriendo sus boomerangs
como lluvia de verano.
Aquí estoy
en mi bunker
verdecido y vulnerable.
Aún viriles estas hojas otoñales
copulan sobre los tallos flagelados.
Repaso solitario
estas consignas del amor/
deudas que inundan extensas geografías.
Más arriba
arriba de mis sueños/
zumban/
boomerangs en el aire.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
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