viernes, 5 de mayo de 2017

¿Café, Si?

"..Pero hay otros de sus ingredientes que merecen atención, y que además están presentes en un porcentaje mayor, como por ejemplo el ácido clorogénico, que alcanza concentraciones de entre el 7 y el 9 por ciento, y que es un potente antioxidante capaz de contribuir de forma significativa a prevenir la degeneración de la retina en ratones, según revelan los resultados de un estudio llevado a cabo sobre ratones por el equipo de Chang Y. Lee, profesor de ciencia de los alimentos en la Universidad Cornell de Ithaca, Nueva York, Estados Unidos..."
http://ar.globedia.com/mejor-salud-retina-gracias-cafe

lunes, 27 de junio de 2016

Luces y voces

¡Ah si endulzar pudiesen las lágrimas
    hasta el mismísimo fondo escondido del mar!
¡Si estos subterfugios sedientos de las almas
    unir pudiesen sus manos
        un poco antes de sorprender el crepúsculo!
Podrían entonces batir con ardor
las palmas expectantes de mi pecho.

Sueño avanzar sobre este campo
hacia las manos de la aurora/
¡Aún arrastrando mis huesos
sobre el verde aguerrido del césped!

Suelen perder la luz
    los hombres de sólo carne/
Suelen venderla
por un guiso y algunas lentejas.
Mientras tanto madura el paso del tiempo/
    a pesar de suspiros y sudores.
Y el indigente recuerda al trigo
cuando solo algunos fideos se dilatan en la olla.

Hoy besa mi sangre el lacerante estrés del Amor.
En los puños de esta noche
    (larga noche)
        me adormezco/
para despertar algún día
en la chispa madurada de un nuevo sol.

Abro al futuro esta agenda/
Vanidad de poeta/
¡Una vez más esta copa de sueños remecida!
Tiendo esta mesa de bohemias y utopías... y cantos/
porque las voces...
¡Sé que las voces
pueden derribar los muros!

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 14 de noviembre de 2015

Simple

No es/

   ni fortuita
      ni gratis
   la defección que siembra la indolencia del espíritu.
Tarde o temprano
   brotará la semilla de su mal.

Es porque no piensa con el corazón
   que el mundo cae en el raciocinio de su muerte.
Su necia picardía
   guarda el escrúpulo en los cofres del cinismo.

Todavía desierto de amor/
   fustiga sangre el andar de los hombres.
Se creen sabios/
y enseñan malabares a robots
   en el campo sideral de atónitas estrellas...
pero sus almas no saben volar.

Pareciera vano    finalmente
   el hechizo que nos brinda
      la floresta colorida en el desierto.

Es así/ que revuelto en penurias combativas
   danza este follaje amarillento/
de quien fue quitando verdores
   el hollín y la flama
      del ardiente vivir.

¡Pero es simple el remedio, sin embargo!...
¡Simple!
Como una gramilla extendida
   sobre la piel de la tierra.

Es sólo saber sentir/
   para comprender a las voces
      que suenan en estos ojos.

De toda esta...
   crudeza de la desidia
      me desahogo a veces mirando a los nidales/
   Donde los picos besan
      al amor
         vestido de plumones...
y veo a la lluvia/
   generosa/
      alimentando a la semilla.

También te miro/
y aunque nos crean en el altar de la locura
   deja que sea inseminada de estrellas
      la cuenca florecida de tu cuerpo.
Embriaga tu corazón de sentimientos/
   para que estalle
      en cada poro de tu piel/
para dulcificar    simplemente
    /como lo hacen tus ojos/
este ácimo pan
   que nos toca vivir.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

miércoles, 29 de octubre de 2014

A los brazos del mar


Siembra de sueños derramó la vida
   sobre los surcos del tiempo
      donde las flores quisieron brillar.

La extensión de la esperanza
   se fue desdibujando
      entre pedregales y peñascos.
Fue cayendo/
perdida en el lodazal del odio
   luego del canto y el llanto/
      silbando con el viento dolorido.

Las dudas por doquier espinaron los valles.

Un delta oscuro
   de frutales derrochados
      fue entregando la corriente
         sobre cielos y tierras.

Era la maldad un torrente
   perfumado de sangre.

Los trigales muertos bajo el horror
   de asesinos incendios del alma.

...Y fuimos sombras allá
recogidas de temor/
vulnerables/
a las hachas gigantescas
   en manos invisibles…

Los continentes quedaron vacíos/
prestos a volcarse
   hacia el horno oculto del mar.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 4 de septiembre de 2014

Quo vadis, domine?

Una vez más
    los campos de la historia necesitan fulgurar.
Desterrar la fronda opaca
    de mercadotecnias sin victorias.

Crece desnutrida
    la ovación desfalleciente de la esperanza
        en claustros entumecidos del intelecto.

Aleluya de ángeles se oyen
    en el confín de los desiertos
        cuando hallan manantiales...
Humilde sabiduría del sentir
    y ese instinto azul de los cielos.

Sólo ennegrecer/
    es la consigna de sofistas
        que construyen bibliotecas adormecidas.

Oscurecer en la ignorancia
    es el camino y el fin
        en la estética de la nada.

¿Es en vano esta voz cerrada que suplica
    entre el follaje acidulado?
¿Será muralla triturada por las bombas
    la sordera del espíritu?
¡Tapia derruída habrá de ser
    bajo la lluvia amarga de los tiempos!

"El fin, no son muchos libros,
    dijo el sabio,
lo que el hombre siembre
    eso es lo que segará".

"Quo vadis, domine?"...

Se fortalece en la impotencia
    esta fusta granate de la indignación.
Y habrán de templarse los aceros
    para aserrar
        el duro tronco del ego.
Ya no puede desandar
    esta obvia evidencia del estrago.

Todavía se discuten los destinos
    en la corriente de la historia...
¡y el destino es hoy!
    sonando bajo los pies.

"Quo vadis, domine?...
Fue la pregunta al andante,
    quien sin contestar
ajustó su abrigo
inclinó la cabeza
    y triste    muy triste
siguió su camino.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas





        

Muy buen viernes para todos, familia, amigos...Existe lo noble del ser humano que transita hacia un sentido de misión,...

Posted by Juan Carlos Luis Rojas on viernes, 5 de septiembre de 2014

domingo, 24 de agosto de 2014

El temor de Babel.

                                                         "En el principio el Verbo era. 
                                                          Y el Verbo estaba con Dios.
                                                          Y el Verbo mismo era un Dios."

                                                          Juan 1:1


Ante la soberbia del polvo se ofendieron los dioses.
Ladrillos dispersaron en el aire.
Cayeron la piedras
    los verbos    los nombres.

Millares de lenguas confusas hirieron los confines/
Y de pié aún    el ser/
    (se dice humano)
protege su temor
    que ignora el mensaje del espíritu.

De pié/    Babel/
    en su pertrecho de pólvora y alfabetos.
También el susto
    de herir con estos versos.

¡Ay!
Se endurecen bajo el sol
    argamasas imposibles.

Tengo miedo de accidentar esta expresión.
Miedo de atar mi dimensión a las palabras.
Siento la carencia enfermiza del lenguaje del silencio...
Siento que sólo los ángeles encienden las miradas.

Puedo escurrir estas letras sin embargo/
    en los puntos inconexos
        de lo mudo y de lo sordo.

Temo    vez tras vez
    el agobio de los pueblos en la ardua diplomacia
        de la palabra muerta e imprecisa.

Temo el desgaste del amor
    bajo normas y convenciones, de signos y protocolos...
"Estarán escritas en el corazón (dijo el profeta)
    las tablas de la ley".

Tiembla Babilonia en el centro de esta hoja
que se cree vacía
a pesar de tanta tinta derramada.

Volveré, tal vez    /distante/
    a la nube antigua.
Volveré
    a mi duro silencio.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 5 de agosto de 2014

Boomerangs

Nubosidad de pájaros
   suelta el aire inesperado
      y detrás/   la hecatombe.

Las chimeneas sedientas
   vomitaron espumas de fuegos.
Entre tanto
   el servilismo inclina la cabeza
      sin ver/   las volutas negras 
         de sus nubes/
   Nubes que siegan la semilla
      de la pólvora y el espanto.

Se estrellan/
racimos fragorosos
   sobre las candilejas ya oscuras.
Y en las almas se apretujan las heridas.

Por ser olvidado erial
  raquítica es
      la esencia del espíritu.
Por no entender la Ley
   de la siembra y de la siega
      es que caen sus cabezas.

Por no entender
   la ley primordial del amor
      es que vuelven hiriendo sus boomerangs
   como lluvia de verano.

Aquí estoy
   en mi bunker
      verdecido y vulnerable.

Aún viriles estas hojas otoñales
   copulan sobre los tallos flagelados.

Repaso solitario
   estas consignas del amor/
deudas que inundan extensas geografías.

Más arriba
   arriba de mis sueños/
      zumban/
boomerangs en el aire.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 18 de mayo de 2014

Misil de sombras.

Luz inmóvil
   puliéndose en las hojas.
Luz inmóvil/
donde se adentra mi cuerpo
   hecho un violento misil de sombras.

Se encadena en mi corazón
   en la fragua del sentimiento/
y para siempre
cierro mi boca en el silencio.

Asperamente me abraza
   este arco verde.
¡Tallo vivo que se tensa!
   vaciando en los confines
      aljabas de pasión.

Luz inmóvil/
Espectral/
...¡Desorbitados cielos!
¡Atónitos cielos
   de incierta veracidad de la verdad!

Y esta luz inquieta me baña estupefacta...
¡Inquieren de mi
   sus ojos sinusoides
en su cuerpo intangible!

¿Dónde aprendiste 
   a andar sobre las aguas?
Me pregunta.
¿Cómo fueron piedras los pantanos
   bajo tus pies?

Frente a tus propios ojos
   (respondí)...
anduvieron colibríes
   danzando sobre camalotes.

¿Cuál es tu pregunta al fin
   luz universal
que atraviesas el orden
   de eternos errabundos?

¡Luz inamovible!...
   que te pules en las hojas.
Luz inmóvil
   donde se adentra mi cuerpo
mi alma...
hecho un violento misil
   sólo de sombras.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 10 de mayo de 2014

Duende

Baja la balsa lenta
   sobre el papel ambarino/
      donde discurre un pentagrama de lirios.

Emerge del fondo oscuro
   /tras el sol/
los blasones encendidos
   de los sauces...

Y se bebe el mar
   esta ignota canción del recuerdo.

Este paisaje de manos y ojos
   acaricia mi frente
      cuando te pienso.

Sé que has escondido estrellas
   bajo tu cielo tímido
y he aquí
que insondable el amor memora/
(Mientras perfuma el aire
   ese suave ondear de juncos)

¡Oh, complicidad!
Pequeño duende de mar.
Haz eterno
   que transmuta aquí en mi pecho.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 26 de abril de 2014

Sentidos

Sueño despierto.

Cataratas salpicando estrellas
   son mis sueños.

Revivieron tus ojos.

Luminosas barcazas son
   en la semblanza sonriente del mar.
...de profunda tristeza 
   renacieron los míos.

¿Comprende el mundo
   que es porque hiere
que muere tras cada herida?

...Y la soledad no está sola/
Muchas veces me toma de la mano.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 20 de abril de 2014

Tristeza y quietud

Es domingo
    y canta una larga tristeza el silencio.
Veo desde la ventana los árboles fantasmales/
Inmensamente quietos/
Inconmovibles   sus hojas   su vida.

Un ojo del Sol me espía
   entre las nubes abarrotadas/
Aguas de piedras arriba/
Encapotan de penumbras
   este esbozo gris de brumoso silencio.

La mirada del corazón acribilla el cristal
   mientras en los hombros se encarama lo ausente.

No miro atrás/
No quiero mirar/
No quiero escuchar
   la sinfonía incompleta
      que de los enseres emana.

¿Es debido a mi espera que se detiene la tormenta?...
¿Moverá nuevamente el viento a estas hojas
   cuando estén tus manos sobre las mías
      y tus ojos se adentren
         en mi quietud que huele a desamparo?...

Es domingo...
   y canta una tristeza infinita
el rotundo silencio de la mañana.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 4 de abril de 2014

Paradojal


Un estilete sanguinario retoma el blanco
    centrado en el corazón donde la llama resiste.
Y el salitre florece en las grietas cansadas.

Asustan los abismos de ecos que se mecen/
    aquí dentro/
        en las cavernas cristalizadas del cuerpo.
Sombras aletargadas.
¿Fortalezas invencibles acaso?
Regimiento oscuro 
    que presenta sus armas
        en este incierto batallar.

Río revuelto
    de inmemoriales y opacas turbulencias
        es mi tierra desangrada.
Y es por alzar banderas
    que suelen enemistarse los hombres.

Son golpes de espumas 
    lo que truena
         en las costas sedientas.
Es antinatural lo que coarta al alma.

Paradojal esta conjunción de brazos
    que luchan/
desde la naciente misma 
    de la semilla.
Paradojal el coloreo microcósmico
    de la fruta madurada.
Paradojal el diseño de arabescos
    sobre andamiajes y cornisas.
Paradojal mi canto/
    que pretende
        (ya en las postrimerías)
            estos vagos himnos de esperanza.

Una vez más
    son pétalos adormecidos en el temor
        los lazos rotos de las manos/
mientras el camino
    suele ser... ¡larga siembra de llagas!

No son los médicos 
    quienes curan el corazón
sino la mirada amorosa
    de los ojos que se acercan.
¡Qué duro es convencer
    a los ángeles malditos
        de la alegría!

Te repito una vez más/
¡Que no te confundan mis ojos!
    si juegan/
en la luz de sus sombras.

AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 22 de febrero de 2014

Vana explicación. (Acerca de: "Palabras inútiles")





El prólogo de "Sobre la piel de la Tierra" surgió por cierta repugnancia... El libro en sí, nació de cierta repugnancia e impotencia.

Cuando empezé a escribir sus poemas, la guerra arreciaba en Irak, en Medio Oriente... ¡Otra vez la guerra!...

¡Es repugnante, detestable, que a esta altura del siglo veintiuno, el Hombre todavía no pueda resolver en paz sus cuestiones!... Y es porque, en este ínfimo espacio del Universo, hay seres demasiado "pequeños" (¡de sesos!)... Pero seres de arrolladora avidez, y odio monumental.

Pero también están los demás, que suelen estar muy cerca nuestro; sí, suelen estar entre nosotros. Tienen un espíritu de tal indolencia, total indiferencia, que no les pesa haberlos puesto en el poder, a esos reyes de la mezquindad. Quizás aún no se sienten afectados por el desastre que provocan.

Sí, otra vez la guerra. El desprecio total por la vida. El derroche del pan en pólvora y misiles; mientras miles de niños en el planeta se mueren de hambre, o crecen con deficiencias y carencias de todo tipo.

Cientos de veces se suele hablar de "pueblo", en variados conceptos demagógicos... Lamentablemente, ¡cuánto de razón ha tenido Maquiavelo!... ¡Cuántas veces somos culpables de lo que tenemos, por pensar en nosotros mismos en desmedro de los demás!... Al no considerar al próximo (prójimo), ¡menos al de más allá!

No aprendimos (ni siquiera con nuestro egoísmo), que del aleteo de una mariposa en el otro confín, tarde o temprano nos llegará su brisa. La Tierra es nuestro hogar. Inevitablemente, el incendio en la habitación vecina chamuscará nuestra piel.

...Mencioné al arte también, allí en el texto; ¿lo nombré con cierto vilipendio?... Corrijamos entonces: No será el arte quien deba pagar las facturas; sí, el concepto erróneo que el mundo suele tener acerca del arte; ello es lo que debe correr con las cuentas. Mucho de ese arte suele llegar como "adornillos" a la casa de los poderosos, para engalanar aún más su ostentosidad; pero esos objetos no conmoverán sus corazones, en piadosa acción concreta hacia el bien común... ¡Sí, puede que de ellos surja algunas migajas!... sólo para calmar sus conciencias.

¡Ja! ¡Algunos expertos buscan la "sutileza" del arte!... y el verdadero arte suele ser crudo, como la crudeza horrenda de la realidad.

Por ahí la portada de mi libro. Yo mismo lo armé; de lo que surge aquí y allá sobre la piel de la Tierra. Asumo la culpa.

Estampas anecdóticas, habrá dicho algún "artista"... ¡Oh, cuánto anecdotario, para mejorar, para corregir, para desterrar del mundo en que vivimos! http://www.informador.com.mx/internacional/2009/67123/6/la-violencia-no-justifica-mas-violencia-en-oriente-medio-onu.htm

Juan Carlos Luis Rojas 



lunes, 10 de febrero de 2014

Palabras inútiles

¡Al diablo con sutilezas para decir algunas realidades!
Realidades que ya no esperan el debate de sesudos intelectuales, abocados a la interminable perorata sobre justicia y equidad.
Realidades que no pueden esperar nada de políticos corruptos, que a su conveniencia mueven las piezas sobre el tablero del poder, para luego barrer bajo la alfombra la basura de su ego.
Muchas de esas realidades no pueden esperar algún fallo augusto de los señores jueces de la Tierra, jueces incapaces, jueces de total indolencia e insensibles a las causas profundas del espíritu. Dan la impresión de estar alertas sólo al engorde de sus arcas. Sus narices no huelen más allá de los renglones perfectibles de las leyes. Leyes nacidas de escritorios ostentosos, y sucios de inicua pulcritud. Leyes nacidas de aquellos que ignoran los caminos dolorosos y oscuros de la vida.
Tampoco, esas realidades pueden esperar a los poetas, los poetas que le cantan a gorriones y florcitas perfumadas. O aquellos que fraguan sobre sí estigmas de bohemios sufrientes. Esos que hacen flamear su melena y barba hirsuta, mientras al aire aventan el humo inmundo de sus ridículas pipas.
...Mi osado y anhelado concepto acerca del objetivo del arte es, que es tal,... que puede llamarse arte, sólo si este logra conmover las fibras del alma, moviendo al humano, a transitar hacia la excelencia del propio ser, y de sus congéneres...
¿Dónde está el arte entonces?... Aquí veo al hambriento,... allá al oprimido... la maldad evidente o solapada...
¡Qué insuficiente aún, esta idealizada misión del arte!
Concluyo: ¿¡Qué artista puedo ser, si no he logrado ese objetivo del arte, ni siquiera sumándome a los otros!?
...Sólo soy alguien que escribe estas palabras inútiles... y las dejo sueltas por ahí, como hojarascas vencidas; que ellas sirvan o no, como fertilizante, del herido jardín de la Tierra.
J. C. L. Rojas

domingo, 4 de marzo de 2012

Luvina


                                                           (Me soltaron y me dijeron: «Te amarramos 
                                                           porque cuando llegaste vimos que se te había 
                                                           perdido el alma, que tu alma te andaba buscando, 
                                                           y te amarramos para que te encontrara.»”.)
                                                           JUAN RULFO




Caigo en esta desolación
    donde muerde a la piel 
        estas llamas del viento.

  

Proyectiles y areniscas.   
Un sólo haz bajo el sol
    para fundir los sueños/      /duros sueños/
 que van de nuevo barranca abajo           /tumbados/
       por la salvaje oquedad del horizonte.

Pudieran tus manos 
  blindar mi frente/    
para avanzar
      una vez más         como lanza perfumada
   /rompiendo/       el negruzco pantano del aire.

Pudiera ser mi sangre 
    potente mar
       atravesando los corales.
  
 ...Y soy...    a pesar del cruel descarne
   del desierto...  soy jinete trashumante
    que te sueña/      sabiéndote
    oasis inminente
          en los fulgores de la dicha.

Juan C. L. Rojas

domingo, 22 de mayo de 2011

Puerta cerrada

El mundo hace rodar 
    su círculo de luces y sombras.

Allí dentro/ 
    se retuercen escondidos lagares
donde en pantano espumoso
    rema lenta y arcana/
afanosa señora La Búsqueda.

Se ha perdido la sabiduría
    y no sabe...
Se ha caído en el fango.
La ha perdido en la fosa profunda.

Y yo soy    acaso
apenas una hoja/
en este árbol añoso y estúpido del tiempo.

Apenas una hoja amarilla 
    quemada de otoños.
Sólo ínfima nervadura graciosa
    de vapor y carbono
a punto de caer
    en el disoluto confín del espacio.

Y ahora/
cuando mi carne ya cierra
    sus túneles
de otrora ríos sedientos...
Cuando la molécula falaz de la esperanza
    ya cede el color de su última bandera...
¡que no llegue el amor entonces,
    en la ausencia incipiente!
Que no venga a festejar
    con sus lágrimas de sal...
con fumatas ociosa de llanto
    esfumada dulzura y recuerdo.

¡Que ya no venga
    con su postrer oración
a esta última puerta cerrada del bronce!

Autor: Juan C. L. Rojas 

miércoles, 11 de mayo de 2011

Sueño después del sueño


Pude soñarte
    una vez más esta noche
y arden mis ojos 
    vueltos a la suave grama que transitas
        cuando la inquietud interroga de inmediato.

¿Dónde estarás 
    cuando buscando la primera luz
        se abren las ventanas de mi ser?
¿Luz de quién
    entonces
        será tu rostro?

Y en esta mañana que te pienso/
cuando pretendo distraerme 
    en el desenredo del silencio/
en esta mañana de ausencia y lejanía
¿Qué sentirá tu piel 
qué tus manos
    añoradas de mis dedos?

El boceto de esta niebla de otoño
    divaga entre el recuerdo....
        y es así que me ilumina
            ...pero extraño sin embargo
        la danza discreta de tu andar...
    el fuego rítmico que encendemos/
La flor de tus labios conjugada en la sonrisa.

Veo tu luz
    en las sombras de la luz
        adentrándose en mi alma/
    con su brillo/
y la elocuencia completa de tu mirar.

Suena el ventanal de mi balcón...
    son los suspiros    descubro
        que se derrumban juguetones con el viento.

¿Volverás quizás    a cultivar
    al menos
        los surcos de mi calma solapada?...
Sólo me responden
    el misterio gris de esta niebla
        y el viento sibilante
    que atenaza a las paredes

¡Qué terco el sentimiento
    que deja este mensaje 
        como un puente sublimado/
            un puente que se extiende
                 hacia la otra orilla ansiada del regreso!

Autor: Juan C. L. Rojas

viernes, 29 de abril de 2011

Lucha

Esta lucha mía/
desvergonzada/
de tenaz sueño adolescente
    cosida en cuerdas de acero en mis manos templadas.

Este vigor en las sombras
    donde arde mi espíritu
        a horcajadas sobre escaleras endebles.

Vehemencia mesiánica
    que desenredar pretende
        las trenzas sin concierto
    donde pende el tembladeral...
         titirital humano del que soy también
            gota de espuma/
                movedizo muelle/
                    aprendiz de equilibrista/
simple andante palaciego 
    o rey    sin reino ni princesas.


Quijotesca ingenuidad/
fortaleza de átomo invisible/
insulsa visión
    que congrega alegorías de arena/
confín de los médanos/
montículo verde en océano sideral.


¡Oigo! ¡Sí, oigo!... el son de los sueños/
rotos cristales    entre cofres y herrumbres...
sonar de batallas, retumbos
    en esta memoria sin manos
        vedadas de tibias caricias
    en el callejón oscuro del tiempo
donde degolladas ruedan
    las frutas tímidas del amor.

...Y dormiré    seguramente    por fin/
con esta flor clavada en mi pecho
    ¡mas no aún!
no antes del último tropel
    hollando mi cuerpo.

Autor: Juan C. L. Rojas

sábado, 5 de febrero de 2011

Soledades


Transito este congelado desierto que encadenan las centurias
donde a veces    /solo a veces/
    salta el chisporroteo de la luz intensa del alma
        /del líder que crucifican/
            ...que enmaderan/
    las siempre arrepentidas edades del barro.

Y portero de nubes soy...
Estas nubes que confluyen
    en el espacio de mis sombras.
Estas sombras que dibujan al hombre
    en su andar de esqueleto petrificado...
Esqueleto que cae al leve roce
    de esa hoja de otoño que sesga impávida
        la nevada sien de mi canción.

A pesar de la memoria canto/
    porque bebo el agua dulce de tus ojos/
Tus ojos que encarnan
    el fotón energizado de mis sueños/
        mi esperanza.

Es por eso que vivo.
Es por eso que anhelo tus manos
    para barrer de luz con tu amor/
        estos horizontes oscuros.

Navego este río abrazado a tu cintura/
y me haces ver/
los peñascos alados de verde
    en aquella ribera.
Litoraleña herencia me deja fluir
    manso o bravío    en este torrente. 

¡Es a luz lenta que se construye la noche!
    en esta carpa rudimentaria/    convaleciente templo/
anegado santuario de esta colectiva conciencia
    desatinada y torpe del mundo.

¿Aguerrido me ves?
    ...comprende que es por tu corazón
        que es fuerte el mío/
...y si hay gloria en mi frente
    fue de tus manos
        que ha brotado el laurel.

¡Oh , cuánto ganaría el mundo 
    si le hiciéramos perder
        sus profundas soledades!
Dame tus brazos entonces 
    para marchar
        entre esta confusa contienda/
   y en este celo y deseo
        otros tal vez
            se unirán.

Autor: Juan C. L. Rojas

AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.